MOVIE STARRING ANTHONY HOPKINS, LENA OLIN, HELENA BONHAM-CARTER
Eventhough he was born a Jew, he never practiced, disillusioned by prayers of religious people on both sides of the War for their Gods to help them. Humans create wars, not Gods and Humans must find the solution. A righteous man does not look away
Winton was not declared a Righteous Among the Nations by Yad Vashem in Israel due to the Yad Vashem policy, which states that only non Jews who risked their lives in order to save Jews are to be declared Righteous Among the Nations. As an adult, he was not active in any particular religion.In a 2015 interview, Winton told Stephen Sackur (Hard Talk on BBC) he had become disillusioned with religion during the war as he could not reconcile religious movements "praying for victory on both sides of the same war". Winton went on to describe his personal beliefs: "I believe in ethics, and if everybody believed in ethics we'd have no problems at all. That's the only way out; forget the religious side.
I saw the film at a small French town, Quiberon, where at this time of the year, only few permanent residents remain, while waiting for the summer onslaught. Eventhough I had heard of this story, the powerful portrayal by Sir Anthony made me heave with remembered sadness accompanied by constant tears.
In that theatre, there were only two jews and the rest were secular French who seemed to have been moved by the story, but the emotions felt by me sure were different. It was not just a story for me, these jewish children saved, 669 of them, I may have come in contact with some of their families , for me , they were also my family. I could feel the apprehension of the children leaving their parents not knowing that they will never see them again (most of their parents perished in German concentration camps), it reminded me of the grandparents of my friends with numbers tattooed in their hands in distant Australia, when on sunny afternoons, we children played and the older tattooed ones chattered in Yiddish.
Rene Char was well celebrated in France, an intellectual, jewish and a poet who suffered the trauma of the Second World War and I remember reading somewhere a line from Rene Char, I, said the man, I am a Jew. I also remember a similar utterance by a character in a novel by Roberto Arlt, an Argentine literary influence of the XX century.
I was thinking of all these, in the silence of the car as the sun was setting off the Côte Sauvage. What is my nationality ? I am an Australian, born incongruously in a forgotten spot of Portuguese empire, with a father who fought for the liberation of Burma, a doctor to the poor and a friend of the indigenous peoples, around the world, having had a chance to work and live in various countries including Sweden Australia UK Cuba Jamaica USA etc etc etc..
Then as Rene Char had said, I said to myself, My nationality, Sir, is I am a Jew.
Filming at the Prague Railway Station Sir Nicholas Winton (Wertheim)
UNA VIDA, PELÍCULA SOBRE SIR NICHOLAS WINTON (WERTHEIM)
PELÍCULA PROTAGONIZADA POR ANTHONY HOPKINS, LENA OLIN, HELENA BONHAM-CARTER
Aunque nació judío, nunca practicó, desilusionado por las oraciones de personas religiosas de ambos lados de la guerra pidiendo que sus dioses los ayudaran. Los humanos crean las guerras, no los dioses y los humanos deben encontrar la solución. Un hombre justo no mira hacia otro lado
Winton no fue declarado Justo entre las Naciones por Yad Vashem en Israel debido a la política de Yad Vashem, que establece que sólo los no judíos que arriesgaron sus vidas para salvar judíos deben ser declarados Justos entre las Naciones. Como adulto, no practicaba ninguna religión en particular. En una entrevista de 2015, Winton le dijo a Stephen Sackur (Hard Talk en la BBC) que se había desilusionado de la religión durante la guerra porque no podía reconciliar los movimientos religiosos "que oraban por la victoria en ambos bandos de una misma guerra". Winton continuó describiendo sus creencias personales: "Creo en la ética, y si todos creyeran en la ética no tendríamos ningún problema. Esa es la única salida: olvidar el lado religioso.
Vi la película en una pequeña ciudad francesa, Quiberon, donde en esta época del año sólo quedan unos pocos residentes permanentes, a la espera del embate del verano. Aunque había oído hablar de esta historia, la poderosa interpretación de Sir Anthony me hizo sentir una tristeza recordada acompañada de lágrimas constantes.
En aquel teatro sólo había dos judíos y el resto eran franceses laicos que parecían conmovidos por la historia, pero las emociones que sentí yo seguro fueron diferentes. Para mí no fue sólo una historia, estos niños judíos se salvaron, 669 de ellos, es posible que haya entrado en contacto con algunas de sus familias, para mí, ellos también eran mi familia. Pude sentir la aprensión de los niños dejando a sus padres sin saber que nunca los volverán a ver (la mayoría de sus padres murieron en campos de concentración alemanes), me recordó a los abuelos de mis amigos con números tatuados en sus manos en la lejana Australia. , cuando en las tardes soleadas los niños jugábamos y los mayores tatuados charlaban en yiddish.
René Char fue muy celebrado en Francia, un intelectual, judío y poeta que sufrió el trauma de la Segunda Guerra Mundial y recuerdo haber leído en alguna parte una línea de René Char, Yo, dijo el hombre, soy judío. También recuerdo una frase similar de un personaje de una novela de Roberto Arlt, influencia literaria argentina del siglo XX.
Estaba pensando en todo esto, en el silencio del coche mientras el sol se ponía en la Costa Salvaje. ¿Cuál es mi nacionalidad? Soy australiano, nací incongruentemente en un lugar olvidado del imperio portugués, con un padre que luchó por la liberación de Birmania, un médico para los pobres y un amigo de los pueblos indígenas de todo el mundo, habiendo tenido la oportunidad de trabajar y Vivo en varios países, incluidos Suecia, Australia, Reino Unido, Cuba, Jamaica, EE. UU., etc., etc.
Entonces, como había dicho René Char, me dije: Mi nacionalidad, señor, es que soy judío.
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